“Dime de qué presumes, y te diré de qué careces.” Tan desesperada anda la ganga de Jenniffer que le ha dado por conjurar al diabólico fantasma del propagandista nazi Joseph Goebbels. Ya lo dijo Goebbels: “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad.”
Ahí la torcida estrategia de Jenniffer y sus alicates, a juzgar por el grotesco video que han puesto a circular por la televisión, las redes sociales y en vallas publicitarias por todo el país acusando a Juan Dalmau de comunista. Todo en un intento por venderle al país una mentira.
Ya lo advirtió Ricky Rosselló “el breve” cuando, sin el más mínimo recato, texteó “cogemos de pendejos hasta a los nuestros.” Pero el pueblo, que no es tonto, ya comenzó a darse cuenta de que en Puerto Rico los pupilos más avezados que tienen Nicolás Maduro y Daniel Ortega son precisamente los testaferros de Jenniffer.
¿De veras? ¿Y por dónde se le ve el refajo de comunistas a Jenniffer y su ganga? Por todas partes. En primer lugar, en su descarado afán por controlar la Comisión Estatal de Elecciones a través de una presidenta interina títere que responde a sus mezquinos intereses, en su diseño de un Código Electoral cuya intención es suprimir el derecho al voto de los jóvenes, en el desmantelamiento de las juntas de inscripción permanente con el propósito de robarse las elecciones, en su manipulación de la fiscalía, de la judicatura y ni hablar de su nefasto dominio sobre un Departamento de Justicia sello de goma que no sirve para nada.
Igualito a Maduro que tiene al Consejo Nacional Electoral (CNE) agarrado por el cuello y a los jueces del Tribunal Supremo de Justicia en el bolsillo. En segundo lugar, se ve en su repugnante espionaje digital de la oposición política. Igualito a Maduro que logró arrestar y torturar a gran parte de los funcionarios electorales de la oposición valiéndose precisamente del espionaje digital.
En tercer lugar, se ve en lo corruptos que son. En lo que va de cuatrienio han caído por pillos María Milagros Charbonier, Félix “El Cano” Delgado, Ángel Pérez, Nelson del Valle (representante por Bayamón), Reinaldo Vargas (exalcalde de Humacao), Javier García (exalcalde de Aguas Buenas), Walter y Eduardo Pierluisi (primeros primos del país), Néstor Alonso Vega (legislador no vidente).
Y ni hablar del salón de la fama de la corrupción del PNP integrado por celebridades de la talla de Víctor Fajardo, Edison Misla Aldarondo, José Granados Navedo, Freddy Valentín, Antonio Soto (el Chuchín), Víctor Marrero (El Búho), Marcos Morell, Yamil Kourí, y demás yerbas. Tamaña caterva de ladrones. Igual de pillos que Maduro y Ortega.
En cuarto lugar, igual que Maduro y Ortega son mediocres en la brega gubernamental. Han estado en el poder 12 de los últimos 20 años y el país está hecho un desastre, con apagones y hoyos en las carreteras a lo Cuba o Venezuela. No tienen la más mínima capacidad para enderezar el país. Lo único que quieren es atornillarse en el poder para seguir chupando favores, privilegios y sobornos.
Y en quinto lugar, igualito a Maduro y Ortega tienen una obsesión psicótica con demonizar a la oposición política. Tildan a Dalmau de “comunista” igual que Maduro tacha a María Corina de “diabla,“ ”demonia,” “asesina,” y “fascista” y que Ortega tilda a sus oponentes (a quienes desnaturalizó y robó todos sus bienes) de “terroristas,” “peleles” e “hijos de perra.”
Tan podrido está el liderato del PNP que si hubieran estado por Galilea el día que Cristo pronunció el Sermón de la Montaña allá habrían salido corriendo donde Poncio Pilato a exigirle que lo crucificara por comunista. “Así de brutos son” en palabras de otra gran eminencia del PNP.
Cuidado con la ganga de Jenniffer, que vienen vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces que lo único que pretenden es sacarle las tripas a este pobre pueblo. Este próximo 5 de noviembre se impone la obligación patriótica de repudiar en las urnas a los mercaderes del miedo. Por Puerto Rico.