Jeannette Ramos Buonomo: In Memoriam
Published in El Nuevo Día: Tribuna invitada on November 25, 2021
Con la muerte de Jeannette Ramos Buonomo el país pierde a una mujer de primera fila – baluarte inmarcesible de nuestra propia historia.
Su partida marca el final de un ciclo histórico que comenzó con su nacimiento en Ponce el 3 de julio de 1932, cuando su padre Ernesto Ramos Antonini se encontraba enfrascado en el fragor de la campaña política que lo llevó por vez primera a ocupar un escaño por acumulación en la Cámara de Representantes por el antiguo Partido Liberal – liderado a la sazón por don Antonio R. Barceló.
Con tan solo 8 años, Jeannette presenció la conformación de una nueva topografía política en Puerto Rico, modelada por Luis Muñoz Marín y su padre a raíz de la elección decisiva de 1940.
Con la accesión de Ramos Antonini a la presidencia de la Cámara en 1946 y la mudanza de su familia a San Juan (en la calle Duarte de Floral Park), Jeannette comenzó a atisbar las transformaciones de que era objeto Puerto Rico inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial: Operación Manos a la Obra, la firma por parte del presidente Truman de la ley del gobernador electivo, la puesta en marcha del Estado Libre Asociado y la inauguración de nuestra Constitución, todos fueron eventos que marcaron tanto al país como a Jeannette – quien los presenció sentada en primera fila.
Jeannette Ramos Buonomo: luchadora incansable por la igualdad entre los géneros
Es durante este mismo periodo que una joven Jeannette, por vez primera, visita la Europa asolada por las tropas del Tercer Reich y hace contacto con la sociedad holandesa que años más tarde la acogería y dónde cursaría estudios en la Universidad de Utrecht.
Es precisamente la herencia de esos años fundacionales, y el ejemplo de servicio y excelencia de su padre, lo que la impulsa a recibirse de abogada en la Facultad de Derecho de la UPR en 1963 con el segundo promedio más alto de su clase y fungiendo como editora de la Revista Jurídica de la UPR.
Cuando la muerte sorprende súbitamente a Ramos Antonini, el 9 de enero de 1963, Jeannette ya estaba totalmente comprometida con las luchas y las causas del país.
Y luego de varios años como asociada al bufete del reputado abogado (ex secretario de Justicia y luego juez presidente) José Trías Monge, Jeannette es designada por Roberto Sánchez Vilella como la primera mujer asesora del gobernador en La Fortaleza – a cargo de asuntos legislativos en uno de los cuatrienios más complejos que jamás haya vivido el país.
Sin miedo y con la frente en alto, asistida por un preclaro intelecto, desempeñó sus funciones desde 1965 a 1967.
Su matrimonio ese año con Sánchez Vilella (comentado hasta la saciedad por los intrigantes de la época) la exaltó a una posición desde la cual luchó por encaminar la vida del país conforme los valores de justicia social y dignidad que ya desde muy joven había adoptado como suyos.
Al salir don Roberto de la gobernación, el 2 de enero de 1969, ya Jeannette era Jeannette. Ya no era la hija de o la esposa de – era una mujer en control de sus decisiones, decidida a romper esquemas y ensanchar las puertas del porvenir para las hijas de esta tierra, entonces subordinadas por la mácula del machismo.
Su nominación a la judicatura por Rafael Hernández Colón la llevó a servirle a este país desde los estrados donde se imparte la justicia – quizás una de las experiencias más fructíferas de su vida profesional y desde donde se destacó enormemente.
Al acogerse al retiro en 2002, Jeannette ya había dejado su legado claramente establecido.
Cuando hablé con ella el día antes de su muerte, me volvió a alertar sobre sus graves y hondas preocupaciones con el rumbo que ha tomado nuestro país. Al terminar la conversación exclamó con la satisfacción de la misión cumplida “he vivido plenamente”.
Descanse en paz Jeannette Ramos Buonomo.
¡Brava!