Published in El Nuevo Día: Tribuna invitada on January 16, 2020

Con el nombramiento de los “managers” de la Cámara de Representantes, el proceso de residenciamiento (“impeachment”) contra el presidente Donald Trump pasa a su etapa decisiva.

¿Y qué viene ahora? 

El juicio político en el Senado: 53 republicanos y 47 demócratas tendrán en sus manos el futuro de la presidencia de Trump.

¿Y conforme la Constitución cuántos votos hacen falta para destituir al presidente?

67.

Lo que significa que, aunque todos los demócratas votaran contra su permanencia en la presidencia, haría falta que al menos 20 republicanos crucen líneas para lograr su expulsión de la presidencia.

Tamaña empresa.

¿Y quiénes son los “managers” de la Cámara? 

A recomendación de la speaker Nancy Pelosi, la Cámara designó el miércoles a los congresistas Adam Schiff (D-California), presidente de la Comisión de Inteligencia; Jerry Nadler (D-NY), presidente de la Comisión de lo Jurídico; Zoe Lofgren (D-California), miembro de la Comisión de lo Jurídico; Hakeem Jeffries (D-NY), miembro de la Comisión de lo Jurídico; Vel Demings (D-Florida), miembro de ambas Comisiones de Inteligencia y de lo Jurídico; Jason Crow (D-Colorado), veterano de las campañas militares en Afganistán e Irak; y Sylvia García (D-Texas), la única latina del grupo quien además es miembro de la Comisión de lo Jurídico.

¿Y cuál es su rol?     

Fungir de fiscales en el juicio del Senado. Presentar el pliego acusatorio y la abundante evidencia documental, e inclusive, testifical que los investigadores de la Cámara ya han recopilado contra el presidente.

¿Y habrá careo con testigos? 

Tal parece que no; que el liderato republicano encabezado por Mitch McConnell, en un arranque de temeridad y politiquería, pretende celebrar el juicio sin testigos. El precedente histórico, no obstante, es contrario a la pretensión republicana: en 1868 durante el juicio contra Andrew Johnson los “managers” de la Cámara examinaron a 25 testigos y los abogados del presidente a 16; y en 1999, durante el juicio contra Bill Clinton, los senadores tuvieron oportunidad de examinar el testimonio de Mónica Lewinsky, Vernon Jordan y Sidney Blumenthal a través de deposiciones conducidas y grabadas por los “managers” de la Cámara de entonces.

¿Y qué de la moción de desestimación que McConnell ya ha intimado se podría considerar al inicio mismo del juicio para absolver a Trump inclusive antes de que se presente la prueba?

Un absurdo; una estratagema a todas luces inconstitucional — como ya ha advertido el profesor Laurence Tribe de Harvard.

¿Y quién va a presidir este juicio? ¿Mitch McConnell?

No. Lo va a presidir el juez presidente de los Estados Unidos, John Roberts.

¿Y porqué?

Porque la Constitución así lo requiere (véase artículo 1, sección 3).

Y mientras, ¿cómo va la contienda presidencial del Partido Demócrata? 

Floja. Con Elizabeth Warren y Bernie Sanders atacándose entre sí, y Joe Biden cogiendo oxígeno luego de sus traspiés iniciales.

¿Y cuándo empiezan las votaciones? 

Ya mismo. El 3 de febrero en Iowa.

¿Y Trump se queda o se va? 

Por lo pronto, se queda.

Rafael Cox Alomar

Rafael Cox Alomar