Rafael Cox Alomar

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Carta abierta a los populares

Published at El Nuevo Día Escribo estas líneas para los populares que hoy militan en el PPD y para los miles que ya no militan en ese partido. Escribo porque me siento en la obligación de esclarecer el récord histórico sobre lo que son las luchas y causas ideológicas de nuestro partido. La obligación que…

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Escribo estas líneas para los populares que hoy militan en el PPD y para los miles que ya no militan en ese partido. Escribo porque me siento en la obligación de esclarecer el récord histórico sobre lo que son las luchas y causas ideológicas de nuestro partido.

La obligación que pesa sobre mis hombros me la imponen los 881,188 compatriotas que votaron por mí en 2012 cuando comparecí ante el país como candidato a comisionado residente bajo la insignia de la Pava. Tal obligación surge, además, porque soy un elector afiliado al PPD que votó por David Bernier en 2016, por Charlie Delgado en 2020 y que votó en las primarias populares de 2020 y 2024.

Aprendí con Baldorioty de Castro, padre del autonomismo histórico, que los líderes pasan pero las causas perduran y que cuando esas causas son del más alto orden patriótico no hay por qué desviarlas en la inútil riposta de ataques pequeños y malsanos.

Hechas las aclaraciones de rigor, atendamos lo verdaderamente importante. El pasado 22 de julio respaldé públicamente la propuesta de descolonización de Juan Dalmau. ¿Y en qué consiste su iniciativa? En la convocatoria a una Convención Constituyente entre fórmulas no coloniales y no territoriales, con la intención de iniciar un nuevo de ciclo de negociaciones con las ramas políticas en Washington para acabar con la presente indignidad territorial. Y de inmediato se revolcó el avispero. Que si me fui al PIP. Que si tengo contrato de asesoría con Dalmau. Que si traicioné a la Pava. Entre otras falsedades. Ni me fui al PIP ni mucho menos estoy chupando un contratito de asesor (como muchos por ahí). Hice lo que me dictó mi consciencia. Como hice el año pasado cuando con el respaldo de la congresista Nydia Velázquez redacté el primer borrador del H.R. 8393 junto a la profesora de Columbia Christina Ponsa Kraus, de abierta persuasión estadista y quien testificó en el Congreso a favor del H.R. 1522 de la autoría de Jenniffer González. Tanto ahora, como entonces, defendí lo que entendí correcto.

¿Acaso no fue nuestro fundador Luis Muñoz Marín quien primero abrazó la Constituyente en 1943 cuando el presidente Roosevelt lo nombró a la comisión de status de ese año? (Trías, Vol. V, pág. 152). ¿No fue el entonces Consejo Central popular que aprobó el Pronunciamiento de Aguas Buenas de 19 de noviembre de 1970 exigiendo la convocatoria a una Constituyente? (El Mundo, 20 de noviembre de 1970, pág. 1). ¿No fue Rafael Hernández Colón quien en 1978 buscó un entendido estratégico con Juan Mari Brás y el embajador cubano en Naciones Unidas Ricardo Alarcón para exigir la culminación del ELA? (La primera reunión entre Hernández Colón y Mari Brás ocurrió en secreto el 6 de agosto de 1978. Véase Mari Brás, “La jornada de 1978 en Naciones Unidas”, pág. 6) ¿No fue el Consejo General popular reunido en Ponce el 17 de noviembre de 1990 el que aprobó la Enmienda Vizcarrondo abrazando como su meta ideológica la conquista de un ELA no colonial y no territorial? ¿Acaso no es la libre asociación la única modalidad de autonomía que existe fuera de la Cláusula Territorial? ¿No fue el constituyente popular José Trías Monge quien concluyó que Puerto Rico bajo el ELA es la colonia más antigua del mundo? ¿No fue Hernández Colón quien en 2003 en una serie de aleccionadoras columnas se decantó por la Constituyente por ser ésta la vía procesal más democrática? (Caribbean Business, 13 y 27 de marzo de 2003, 10 y 24 de abril de 2003). ¿Y si la Constituyente no forma parte de nuestro credo ideológico por qué se incluyó en los Programas de Gobierno de 2000, 2004, 2008 y 2012?

Abandonar la Constituyente y abrazar la colonia es darle la espalda a la historia y desconocer la gesta patriótica de quienes de la mano de Muñoz fundaron este partido. Es dejar muda la leyenda de los Ramos Antonini, Géigel Polanco, Águedo Mojica, Fernós Isern y tantas otras luminarias que dieron vida a nuestro Partido Popular Democrático. Y mi postura, en lo que a eso respecta, es innegociable e insobornable.

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